El día que empezó todo

Cualquier día en la vida de nuestro viejo mundo ocurren millones de sucesos. Un número significativo de ellos tienen profundos efectos sobre las vidas de algunos de los millones de seres que poblamos la tierra. Pero sólo uno entre un billón de estos acontecimientos, casi siempre bajo un velo de inerme intrascendencia, marcará el futuro de la humanidad y de los demás seres de este planeta en su conjunto. Este insignificante fragmento de la red al que el destino te ha conducido alberga el germen de los hechos que están por llegar y que operarán sobre nuestro mundo la más profunda transformación.

LOS HABITANTES DE LOS BOSQUES

LOS HABITANTES DE LOS BOSQUES

Hechos recientes han traido a colación la posible existencia de ciertos grupos humanos que morarían en los bosques más espesos y recónditos de nuestra geografía, seres ya bautizados popularmente como los habitantes de los bosques.

Una de las más importantes manifestaciones del imparable proceso involucionario provocado por el inminente derrumbamiento del modelo que conocemos y a cuyos primeros movimientos estamos asistiendo, es el fulminante éxodo hacia las comunidades alternativas neorurales sostenibles autosuficientes que están brotando por doquier en todos los paises industrializados. En el último año 180.000 personas abandonaron las grandes ciudades europeas para incorporarse a alguna de las nuevas comunidades alternativas. El número total de personas que ya han abrazado esta nueva forma de vida podría rondar las 600.000 en todo el continente. Y el éxodo continúa.

Pues bien, respecto a esas nuevas comunidades agrícolas y ganaderas que están surgiendo, los habitantes de los bosques han dado un paso más en el proceso de retorno a las raíces y a la comunión con la Madre Tierra.

Al parecer la primera noticia sobre los habitantes de los bosques es el testimonio de un ganadero de la localidad Segoviana de Valsaín, situada en la vertiente norte de la Sierra de Guadarrama, en el Sistema Central. A mediados del mes de Noviembre de 2011, ya anocheciendo, el hombre avistó en mitad del bosque un grupo de individuos ataviados con pieles de animales y armas rudimentarias. Cuando se percataron de la presencia del lugareño aquellos individuos huyeron apresuradamente.

Desde aquel primer contacto se han referido encuentros con los habitantes de los bosques en varios lugares de la península. Los bosques asturianos, el Pirineo Aragonés o el Sistema Central son algunos de los lugares dónde podrían existir comunidades de cazadores recolectores pero, de ser ciertas las afirmaciones al respecto, la mayor comunidad de este tipo estaría asentada en algún lugar del Pirineo Navarro, donde se cree que existe una comunidad de alrededor de 100 personas viviendo de mismo modo que vivían nuestros antecesores hace alrededor de 40.000 años.

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